CONOCIMIENTOS, PRÁCTICAS DE AUTOCUIDADO Y ESTILOS DE VIDA DE ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS: PROPUESTA EDUCACIÓN EN SALUD
María Paulina Tello Delgado
RESUMEN.
Objetivos: evaluar el
nivel de conocimientos, prácticas de autocuidado y estilos de vida de
universitarios, sustentado en el modelo de promoción de la salud de Nola Pender
y la teoría de Autocuidado de Dorothea Orem,
los cuatro pilares de la educación y la teoría social de Bandura. Metodología: estudio
cuantitativo, descriptivo-propositivo realizado en una universidad privada. Población
5 424 estudiantes de 19 escuelas profesionales. Muestra 490 universitarios de
ambos sexos, seleccionados por muestreo estratificado bietático para cada
unidad muesttral y según criterios de inclusión. Recolección de datos mediante
un cuestionario para cada variable validado por prueba piloto y juicio de
expertos, previo trámite administrativo y consentimiento informado. En el análisis
se usó estadística descriptiva: media, desviación estándar, los niveles de
conocimiento bajo, medio y alto fueron determinados mediante escala de estaninos,
las prácticas de autocuidado y estilos de vida se determinaron con LICKERT,
luego se establecieron como saludable o no saludable usando media aritmética
expresada en porcentaje. Resultados:
El nivel de conocimiento de los participantes sobre conceptos básicos generales
en salud es de medio a alto. No obstante, el nivel de conocimientos sobre
educación sexual: VIH/SIDA es de medio a bajo; las prácticas de auto cuidado y
los estilos de vida no son saludables para la conservación de la salud y el
bienestar individual, familiar, social y ambiental. Conclusión. Se evidencia gran necesidad y demanda de educación en
salud, en base a estos resultados se hizo la propuesta de un curso modular
obligatorio de educación en salud, modalidad B-LEERNING sugerida por los
propios participantes.
Palabras clave: conocimientos, autocuidado, estilos de
vida, educación en salud. Educación B-LERNING, rol de la enfermera en la
prevención y promoción de la salud.
ABSTRACT
Objectives: to
evaluate the level of knowledge, self-care practices and lifestyles of
university students, based on the Nola Pender health promotion model and
Dorothea Orem's theory of self-care, the four pillars of education and social
theory of Bandura. Methodology: quantitative, descriptive-purpose study,
carried out in a private university. Population 5 424 students from 19
professional schools. It shows 490 university students of both sexes, selected
by stratified bietático sampling for each sample unit and according to
inclusion criteria. Data collection through a questionnaire for each variable,
validated by pilot test and expert judgment, after administrative processing
and informed consent. Descriptive statistics were used in the analysis: mean, standard
deviation, low, medium and high levels of knowledge were determined by staging
scale, self-care practices and lifestyles were determined with LICKERT, then
established as healthy or unhealthy Using arithmetic mean expressed as a
percentage. Results: The level of knowledge of the participants about general
basic concepts in health is medium to high. However, the level of knowledge
about sex education: HIV / AIDS is medium to low, self-care practices and
lifestyles are unhealthy for the conservation of individual, family, social and
environmental health and well-being. Conclusion. There is evidence of great
need and demand for health education. On the basis of which the proposal was
made for a compulsory modular course in health education, B-LEERNING modality
suggested by the participants themselves.
Keywords:
knowledge, self-care, lifestyles, health education. Education B-LERNING, role of the nurse in the prevention and
promotion of health.
INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la salud (OMS), define estilo de vida como forma de vida basada en patrones de
comportamiento identificables, determinados por la interacción entre las
características personales, individuales, las interacciones sociales y las
condiciones de vida socioeconómicas y ambientales1. Morales
citado por Vives2, y Durá3,
indistintamente, dan a los estilos de vida una connotación epidemiológica,
ligada a conductas de riesgo para desarrollar o contraer enfermedades
específicas trasmisibles y no trasmisibles. (Relación proceso
salud-enfermedad).
Cuando se
habla de salud, no solamente, se toma en cuenta la dimensión física, sino
también las dimensiones social, mental, espiritual, ambiental, cultural,
religiosas, etc., por su incidencia en la calidad de vida, y ésta tiene vínculo
estrecho con la educación y la salud de las personas. La educación, activa
y fortalece las capacidades para el
desarrollo humano, por su parte la salud permite mantener el equilibrio y el
buen estado de funcionamiento del organismo, de tal manera que éste pueda
responder y actuar en mejores condiciones ante el mundo que lo rodea. Si una de
las dimensiones se desestructura, rápidamente se pierde la armonía con las
otras perjudicando la salud e
impidiendo la normal relación con el medio.
De lo que se desprende que el hombre por
naturaleza es un ser de cuidado, como refiere Boff4:
Las personas deben asumir una actitud de cuidado permanente del ser humano,
de la sociedad, del planeta, de su cuerpo, de su salud, por que cuidar de
nuestro cuerpo es cuidar de la vida: El ser humano es un ser de cuidado, desde
que nace hasta que muere, una unidad que siente, que piensa, conoce, desea, se
relaciona consigo mismo y con los demás; sin el cuidado él se desestructura,
pierde sentido y muere.
En tal
sentido, normalmente los estudiantes universitarios deberían tener consolidado
los hábitos saludables supuestamente adquiridos en el entorno familiar, y en la
escuela, los cuales deberían reflejarse en el profesional adulto. Sin embargo, a pesar de su
incuestionable papel de la familia y la escuela, no siempre se toman en cuenta
durante el proceso formativo formal e informal, es por esta razón, la mayoría llegan a la adultez sin el nivel mínimo de conocimiento que les
permita alcanzar la calidad de vida deseada5.
Lo anterior implica que las instituciones
formadoras y los estudiantes en general deben conocer los múltiples factores
que inciden sobre la salud, como la familia, las condiciones laborales, las
diferencias sociales, el estrés, la educación recibida, los alimentos, los
espacios verdes, la recreación, el entorno físico y ambiental6, etc.
Desde esta
perspectiva, los jóvenes universitarios se encuentran en una etapa clave del
ciclo vital. Esta etapa permite facilitar la adopción de estilos de vida
saludable, los que serán practicados a la vez en el ámbito familiar, social y
laboral, ya que en este periodo se adquiere mayor autonomía y se asume la
responsabilidad del autocuidado. Por otro lado, se les considera un grupo
poblacional relativamente sano, razón por la cual es necesario repensar el
autocuidado como estrategia para promover la salud7.
Muchos estudios demuestran predominio de
estilos de vida no saludables en estudiantes universitarios; se postula que en
la vida universitaria se abandonan cierta conducta saludable y se adoptan
conductas de riesgo las que pueden contribuir de manera independiente en el
incremento de la morbimortalidad 6, 8.
Morales et, al7, señalan, la
existencia de una alta prevalencia de factores de riesgo de enfermedades
crónicas no transmisibles en los universitarios, entre las que destacan
pre-hipertensión especialmente en hombres y el hipercolesterolemia en mujeres.
Entre los factores determinantes de estos problemas de salud consideran: el
tabaquismo, sedentarismo, sobrepeso, obesidad, bajo consumo de frutas y
verduras, y alto consumo de grasas saturadas.
Rodríguez
Rodríguez.9, et, al, encontraron en su población de estudio dos
componentes principales deteriorados, y tienen estrecha relación con la salud,
éstos son: el ejercicio y la alimentación, los cuales podrían agravarse,
transformando el “ciclo universitario” en un periodo de transición que influye
en el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) en la adultez. Al respecto Moreno10 acota Las
enfermedades cardiovasculares constituyen, junto al cáncer, el principal
problema de Salud Pública en los países industrializados, además de ser la
principal causa de muerte. Están relacionados con el sedentarismo y el consumo
de grasas saturadas.
Por su parte la OMS/FAO.11, señalan: las enfermedades
crónicas no transmisibles van en incremento en el mundo y producen mayor
discapacidad o morbilidad en personas menores de 60 años. La prevalencia de las
enfermedades no transmisibles está relacionada con dietas inadecuadas y estilos
de vida no saludables. Por lo tanto, el aspecto de las conductas o
comportamientos es decisivo en el estado de bienestar de las personas tanto en
el plano físico como psicológico, se considera que un tercio de las
enfermedades en el mundo pueden prevenirse mediante cambios de comportamientos.
Según Dever, los estilos o hábitos de vida son los determinantes que mayor
proporción tienen en la reducción de la mortalidad.
Es así
como surge el concepto de estilos de
vida saludable, enfoque dado por la OMS a partir de los años 80, en que son
introducidos los modelos psicosociales, de lo que se puede
determinar que los estilos de vida saludables son un "conjunto de patrones
conductuales que poseen repercusiones positivas para la salud de las
personas".10.
De ahí, que se puede encontrar un
abanico de posibilidades, por una parte estilos de vida
muy saludables, y por otra parte estilos de vida nada saludables,
relacionados como la salud, la alimentación adecuada y el ejercicio físico, los
que dependerán, de los hábitos de cada
persona, adquiridos a lo largo de la vida durante el proceso de socialización;
así mismo, existen otros factores como la educación, el trabajo, la vivienda,
prestaciones sociales, derechos humanos, etc., todos ellos indicadores de
calidad de vida, la que está ligada al concepto de salud.
Con respecto a la educación, específicamente
la educación sexual, el déficit de conocimiento puede generar riesgos de
contraer enfermedades de trasmisión sexual, debido a comportamientos no
saludables, como afirma Velandia12, quien alerta:
“del poco conocimiento en salud reproductiva y sexualidad de los alumnos
de los primeros cursos, por la escasa formación recibida en la etapa educativa
anterior, lo que aumenta el riesgo de enfermedades de trasmisión sexual (ETS) y
embarazos no deseados. No hay una materia específica y obligatoria en colegios
e institutos, lo que provoca que más de la mitad de los estudiantes que llegan
a la universidad “nunca han tenido una charla sobre sexualidad y simplemente
tienen conocimientos básicos de genitales y sistemas reproductivos” […],
pág.27.E
La falta de conocimientos incide sobre el
autocuidado de la salud, lo cual no permite al joven percibir el riesgo. Los
jóvenes hoy más que nunca están sometidos a inseguridades, azuzados por una
gigantesca publicidad que asocia imágenes atrayentes al riesgo, a la evasión, a
la seducción y conducen a estilos de vida no saludable, como drogodependencia,
alcohol, tabaquismo, los que a su vez generan otros riesgos como las enfermedades de trasmisión
sexual, entre ellas VIH/SIDA, hepatitis B, C, así como enfermedades crónicas no
trasmisibles derivadas de un estilo de vida no saludable (sedentarismo,
problemas nutricionales, hábitos .moderno13. Como se ha podido ver, uno de los aspectos
más influyentes sobre la salud de los
jóvenes son los estilos de vida, si se actúa sobre ellos se preservará la salud y por ende sobre la
calidad de vida14.
Existen varias teorías sobre cómo se
adquieren los estilos de vida y su relación con la salud. Entre ellas tenemos:
La ecológica de Bronfenbrenner,15 según la cual, las personas
reciben influencias sociales de manera inmediata de los más cercanos, el que se
denomina microsistema, constituido por la familia, los amigos, la escuela, los vecinos, los
grupos religiosos, los servicios de salud, etc.
Fig. Elaborada por la propia investigadora con adaptación de Moreno (10).
Y el macro sistema constituido por
ideologías, actitudes, valores, la cultura, las leyes, la economía, las
políticas gubernamentales. El macro sistema es el que establece los estándares
de conducta en relación a la función de género y los estándares educativos,
etc.
Así mismo tenemos, la teoría del
aprendizaje social-cognitivo cuyo representante
es Baudura15, quien
resalta la importancia del aprendizaje por observación e imitación mediante lo
cual se desarrollan los patrones habituales, siendo los padres los más
significativos en la vida de las personas, así como también otros miembros de la familia, luego están los profesores, los sacerdotes, los
famosos, etc.
Este mismo autor, incluye posteriormente
en el aprendizaje social la cognición,
teoría, que también hacen alusión Nola
Pender16, y Oren17. La teoría social-cognitiva destaca la
reflexión de cada persona, para establecer metas deseadas, interpretando las
influencias ambientales, individuales, y determinando su actuación. Las
personas que son conscientes de su situación pueden controlar los sucesos que
afectan su vida. Desde este punto de vita se puede deducir que lo que más marca
las conductas relacionadas con la salud son los factores cognitivos adquiridos
mediante la experiencia o el aprendizaje15.
A continuación se presenta un diagrama de los
factores que influyen sobre los estilos de vida de las personas, según las
teorías citadas, donde la persona está en el centro de toda actividad con sus
propias características individuales.
En referencia a lo citado,
se presenta la problemática de salud observada en una universidad privada,
donde muchas de las estudiantes de los primeros e
intermedios ciclos académicos con mayor incidencia, por razones de embarazo no
planificado, retardan el tiempo en que deben graduarse o en el peor de
los casos abandonan los estudios
definitivamente que a la larga traerá consecuencias en la salud mental,
convirtiéndose quizá en personas frustradas.
Así mismo, en los registros
diarios de la consulta de la clínica
universitaria se encontraron los siguientes problemas de salud por lo que más
consultan los estudiantes: cefaleas, migraña, gastritis, dispepsia, diarreas,
contracciones musculares, dermatitis, asma bronquial, trastornos del sueño,
síndrome vertiginoso, trastornos de ansiedad, bajo peso, y sobre peso,
además, trastornos ginecológicos, anemia
y alto índice de consultas en
psicología. Gran parte de estos problemas pueden evitarse con medidas sencillas
y de bajo costo, relacionadas con la prevención, en la cual juega un importante
papel la educación en salud.
La mayoría de estos problemas señalados,
tienen estrecha relación con estados de estrés y estilos de vida. Un porcentaje
importante de estudiantes universitarios proceden de otros lugares de la costa,
de la sierra, y de la selva, donde han dejado su familia, sus amistades por sus
estudios, situación tal que les obliga muchas veces a vivir solos (as), comer
fuera de casa, o por la misma situación de horarios de estudio consumen comidas rápidas no
saludables, o dejan de lado comidas básicas
como el desayuno lo que perjudica seriamente su salud física y mental.
Es importante reconocer la
salud de los jóvenes universitarios como elemento básico para el
desarrollo del país, tomando en consideración a Lalonde18, quien hace ver
“la salud como el cimiento sobre
el cual se edifica el progreso”. La salud es un derecho universal que no
solo debe percibirse como un objetivo,
sino también, como fuente de felicidad.
El estudio involucra tres
variables: nivel de conocimientos sobre conceptos generales básicos en salud,
prácticas de autocuidado y estilos de
vida de estudiantes universitarios. Para lo cual se tomó como base teórica el modelo de promoción de la salud de Nola pender, la teoría de
autocuidado de Dorothea Orem, así como también teorías sociales y pedagógicas:
Bandura, Vygotsky, y los cuatro pilares de la educación de Jacques Delors19.
Estas teorías fueron tomadas por sus perspectivas
de modificar conductas desfavorables para la salud y la vida mediante una
formación integral.
Metodología.
Se trata de
un estudio cuantitativo, descriptivo-propositivo de corte trasversal. La población estuvo constituida por 5 424
estudiantes del 1° al 10° ciclo de estudios 2 016-I. La muestra fue 490
estudiantes, muestreo probabilístico aleatorio estratificado bietático para cada unidad
de análisis, con asignación proporcional, finalmente los participantes fueron
seleccionados al azar de los registros de matrícula, teniendo en cuenta
criterios de inclusión:
estudiantes que aceptan participar voluntariamente previo consentimiento
informado y no pertenezcan a carreras de salud (medicina, enfermería,
odontología, Psicología, etc.), de tal manera que se cuente con una población
homogénea en conocimientos básicos sobre salud.
En la primera parte del cuestionario se consignaron datos socio demográficos
y las preguntas sobre conocimientos generales básicos de salud y educación
sexual: VIH/SIDA. En la segunda y tercera parte se tomó en consideración los
estilos de vida según clasificación de
NEUGARTEN.20. (1974): en el
plano psico-social: la salud mental y
las relaciones familiares, plano biológico: alimentación, actividad física,
sueño, reposo, tiempo de ocio y se complementó con preguntas sobre hábitos
nocivos para la salud, acceso a los
servicios de salud, así como también las
necesidades y demandas de educación en salud, con el propósito de diseñar
la propuesta bajo la propia visión, perspectiva e interés de los universitarios
participantes.
En la ejecución del estudio, se cumplió previamente con los trámites
administrativos. Los datos fueron recolectados entre los meses de Agosto y Septiembre
2 016 en horario habitual de asistencia de los estudiantes a la universidad,
bajo coordinación y solicitud de facilidades con profesores para no interferir
con las sesiones de clases.
Para determinar el nivel de conocimientos de los participantes se utilizó
la escala vigesimal, y criterio pedagógico nota mínima aprobatoria once (11),
las respuestas y calificaciones fueron registradas, ordenadas, tabuladas y procesadas
mediante Microsoft Excel 2010 haciendo uso de códigos.
Para las prácticas de autocuidado y estilos de vida, se usaron escala
dicotómica Si- NO, y la escala de LICKERT puntaje (1-4),
respectivamente.
En el análisis se usó la estadística descriptiva: intervalos, porcentajes,
desviación estándar, frecuencia y media expresada en promedio. Para la
interpretación de los niveles de conocimiento alto, medio, y bajo se baremó con
escala de estaninos en el programa SPS versión 20, del mismo modo las prácticas
de auto-cuidado y estilos de vida fueron valorados como saludables y no saludables usando la media aritmética,
expresada en porcentaje.
RESULTADOS.
Gráfico No. 1. Nivel de conocimiento general básico sobre conceptos de
salud y educación sexual en
estudiantes universitarios. 2016
El gráfico, representa el nivel
de conocimientos sobre conceptos generales básicos de salud que poseen los
universitarios participantes: 33 % tiene un nivel de conocimiento alto, 39 %
nivel medio, y 28 % nivel bajo. Y los conocimientos sobre educación sexual:
VIH/SIDA: 20 % posee nivel de conocimiento alto, 41% nivel medio, 39% nivel bajo.
Gráfico No. 2. uso del condón por universitarios participantes. 2016
Gráfico No. 3. Conducta de Prevención y auto cuidado en universitarias. 2016
Este
gráfico representa las conductas de prevención y auto cuidado de 280
universitarias encuestadas (53%), de las cuales 4 % usa algún método anticonceptivo,
1 % se realiza papanicolau por lo menos una vez por año, 2 % señala realizarse control médico y exámenes
de sangre preventivos y solo 2% se realizan examen de mama. En
comparación con los varones (210 = 47%), el 100 %, no demuestran conductas de
prevención y auto-cuidado de la salud.
Gráfico N° 4. Hábitos alimentarios de los estudiantes universitarios
participantes. 2016
Gráfico No. 5.
Problemas Psico-sociales que enfrentan los estudiantes universitarios participantes. 2016.
En el gráfico se presenta a 76 % (372)
de universitarios que reconocen como mayores
problemas psico-sociales las drogas, alcohol y tabaquismo. El 12 % responden
trastornos alimentarios. Igual porcentaje considera como problemas la ciber
adicción y ludopatía, problemas a los que se enfrentan en la actualidad todos los jóvenes.
La población universitaria está constituida
por un alto porcentaje de jóvenes incluyendo
adolescentes; en este estudio el 90% de universitarios tenía entre 16-25
años de edad, con un promedio 19,2±1,9 de desviación estándar (DE); con mayor
proporción del sexo femenino, cifras que se justifican porque el mayor porcentaje
(60%) de participantes cursaban los primeros ciclos de estudios (1°- 4°).
La salud y la juventud son valores positivos
para la vida, no obstante, traen consigo también, ciertos problemas
relacionados con estilos de vida, accidentes de tránsito, la violencia, la
sexualidad, hábitos nocivos (consumo de drogas, alcohol) o trastornos en la
alimentación, entre otros13.
Por lo tanto la edad es un factor de riesgo muy importante, el
problema en el joven es que no percibe el riesgo y por naturaleza es vehemente.
La juventud y sobre todo la adolescencia son periodos de cambios, los que
confieren estados de vulnerabilidad y
gran receptividad del entorno social, el cual puede influir en el proceso
salud-enfermedad y en sus estilos de vida21.
Hoy más que nunca los jóvenes se enfrentan a
mayores riesgos y con muy pocas herramientas, lo que les coloca en una
situación de fragilidad y vulnerabilidad no solamente somática sino en todas
sus dimensiones, ya que el ser humano es pluridimensional y pluri-relacional,
por tal motivo se hace necesaria la toma de conciencia de su propia
vulnerabilidad y optar por el autocuidado
Es muy evidente la gran necesidad de una intervención educativa integral, de una educación
para la vida, donde no solamente se trasmita información, sino también se
fomente la motivación, las habilidades personales y la autoestima necesarias
para optar medidas encaminadas a mejorar la salud22, individual,
familiar, y de la comunidad.
En este estudio se determinó
que no existe diferencia entre el nivel de conocimiento sobre conceptos
generales básicos de salud y educación sexual y reproductiva, entre los
universitarios participantes de los primeros ciclos académicos con los de
ciclos superiores. De manera general el conocimiento básico sobre salud es de
nivel alto a nivel medio, (ver gráfico N°1),
sin embargo, el nivel de conocimiento
sobre educación sexual: VIH/SIDA, es de nivel medio a nivel bajo.
No obstante, el uso del
condón es reconocido por 76% de universitarios como una medida de protección
segura contra la trasmisión del VIH; en contra parte hay un 16% que señalan la abstinencia y 8 % la
monogamia. Sin embargo, en la práctica solo 16 % declaran usarlo siempre, lo
cual constituye un serio problema ya que en nuestro país el 97 % de trasmisión
de la enfermedad es a través de la vía sexual, según señala el ministerio
de salud (MINSA) 23, 24.
Este hecho de
desconocimiento e irresponsabilidad de los
jóvenes, hace que se
incremente el riesgo de contraer
enfermedades de trasmisión sexual entre ellas VIH/SIDA como lo advierten la OMS25, ONUSIDA25,26,287
BM28, por otra parte, cabe resaltar
que esta problemática no solo se
observa en el Perú, sino que también se da en otras latitudes, según
información proporcionada por Galindo29
et, al, quienes afirman que”
la población joven es la más afectada, ya que la mitad de las nuevas infecciones
ocurren entre los 15- 25 años de edad a nivel mundial”.
De hecho, el conocimiento por sí solo no garantiza las prácticas de
auto cuidado y estilos de vida saludable en las personas, sino que es necesario,
además de contar con cierto bagaje de conocimientos completar la praxis a
través de una intervención educativa
integral y continua para lograr
concienciazión y compromiso en el auto cuidado de la salud.
Así mismo, en datos no
mostrados se determinó el desconocimiento de la anatomía y fisiología de su
cuerpo, con lo cual concordamos con Velandia12, quien afirma en su
estudio que los estudiantes universitarios “simplemente tienen conocimientos básicos de genitales y sistemas
reproductivos”. Así mismo, se encontró también a 72 % de
universitarios que desconocen lo
que es una consejería, no saben qué hacer ni dónde acudir en caso de una
exposición a una relación sexual de riesgo (parejas eventuales, y
desconocidas). Por otro lado, los temas sobre sexualidad son muy poco tocados
en familia o con la pareja, hecho que se considera de poca importancia o quizá
aún prevalecen ciertos tabúes al respecto.
En este sentido los estilos de vida están íntimamente relacionados con el autocuidado de la
persona, el que es definido por Orem17, Waldow30 y
Serrano31, como el acto de
cuidar de uno mismo y dependerá de la percepción que tenga la persona sobre la salud, y del aprendizaje adquirido
sobre el cuidado. De
allí la importancia de los proceso cognitivos y un aprendizaje significativo
para modificar el comportamiento, donde juega un papel fundamental la
educación, tal como lo afirma Bandura, y similar opinión es la de Nola Pender, cunado señala que la persona está en el centro de toda actividad y su
estado altamente positivo no solo
depende de la ausencia de enfermedad si
no de interacciones entre los factores
cognitivos-perceptuales y factores modificables, los que influyen en conductas
favorables para la conservación de la salud16.
El
concepto sobre salud que manejan los estudiantes participantes es parcial, únicamente consideran la salud como la
ausencia de enfermedad físico-biológica, el 70 % de ellos perciben su estado de
salud como buena, sin embargo no toman en cuenta las demás dimensiones humanas,
restando importancia la influencia sobre la salud de los factores, ambientales,
sociales, culturales, educativos, etc.
Así como
existen factores propios de la persona, también existen factores ambientales
que influyen sobre la salud ya sea de manera individual o colectiva, positiva o
negativa, es por ello se trae a colación un dato de importancia relevante sobre
la vivienda de algunos de los participantes, por su ubicación rural o urbano
marginal carecen de servicios básicos completos y el recojo de los desechos
sólidos y la disposición de excretas son inadecuados, dichos desechos son
arrojados a campo abierto, lo que atenta contra el cuidado del medio ambiente y
por ende de la salud personal, familiar, y de la comunidad.
Por lo
expuesto, es necesario la implementación de
programas de atención y educación en
salud, coordinada desde lo preventivo y desde la promoción del desarrollo
humano, con
la que se pretende mejorar los conocimientos y promover
prácticas saludables en los universitarios, además, se espera contribuir favorablemente en la
disminución e incidencia de enfermedades como el VIH/SIDA, a través de la identificación de factores de
riesgo, diagnóstico precoz, tratamiento oportuno y consejería individual y de
pareja para concienciar la importancia de autocuidado, fortalecer la autoestima
y valorar la importancia de cuidar la salud y la vida, tal como lo vienen trabajando
de manera sostenida el grupo Prevenir en la Universidad del Cauca, cuyo resultados son favorables30.
Entre
los hallazgos sobre conductas favorables de autocuidado en los universitarios,
están las médico- preventivo: 100% de
estudiantes cuidan sus dientes mediante el cepillado, y visitan al odontólogo
entre 1-2 años, similar conducta ocurre con el control oftalmológico. Dichas
conductas manifiestas son porque la universidad celebra convenios con
profesionales para hacer campañas en estas especialidades.
Existe
diferencia según sexo en cuanto a la exploración de sus cuerpos, 2% de mujeres
universitarias se realizan auto examen de mamas con regularidad, mientras que
el 100% de los varones no tienen idea de la exploración testicular y de mamas,
ignoran su importancia pese a que en los últimos tiempos el cáncer testicular
se viene incrementando en nuestro país, precisamente en personas jóvenes entre 20-30 años de edad, con un incremento
de 120 nuevos caso por año, además existe muchos mitos y creencias erróneas,
afirmaciones de Morante31, jefe del departamento de urología del
instituto Nacional de enfermedades Neoplásicas (INEN- 22-01- 2016), en
conferencia de prensa.
Dichos
resultados coinciden con los obtenidos por Escobar y Pico, quienes refieren:
Las mujeres presentan mayores prácticas de autocuidado en comparación con los
hombres en lo referente a la exploración de sus cuerpos32. La falta
de una cultura preventiva en los universitarios en nuestro país, se asume a
múltiples factores entre los que destacan, el desconocimiento, la poca
publicidad y escasos servicios de salud sobre todo para los jóvenes varones;
los servicios de salud no están centrados en la persona si no en la enfermedad
desde el aspecto físico-biológico. Los programas de salud están dirigidos más a
grupos poblacionales vulnerables, entre las que se consideran a las mujeres por
cuestiones de género.33..
En cuanto
a los estilos de vida referente a los hábitos alimentarios de los universitarios, no son saludables, consumen
mayormente comidas rápidas, la gran mayoría por horarios de estudio omite el
desayuno; consumen poca agua, la cual es reemplazada por bebidas carbonatadas
(gaseosas), café, o bebidas energizantes; carnes, pescado, productos lácteos verduras y frutas su consumo es eventual por el
41%.
Generalmente, se busca
calmar el apetito, o complacer un antojo, sin importar si dicho alimento cumple
con la función nutritiva como lo afirma contreras34. Es muy
frecuente en muchos jóvenes el consumo de hamburguesas, chocolates, galletas,
etc. este tipo de alimentación es uno de los factores que genera mayores
problemas de salud en las personas a mediano y a largo plazo. Al respecto
Moreno señala, una buena alimentación, es aquella que combina de manera
apropiada todos los diferentes alimentos que se encuentran en la naturaleza y
abarcan desde la selección, cocido e ingestión35. Los alimentos
aportan los nutrientes necesarios para el mantenimiento de la salud y la
previsión de enfermedades34.
Un estilo de vida saludable
ayuda también a disfrutar de equilibrio emocional, el cual es esencial para el
bienestar físico. Razón por la cual se tomó en cuenta la salud mental de los
universitarios participantes, la que se puede definir como saludable en promedio;
el 50 %, aparentemente gozan de buena salud mental, no obstante, existe 50 % de
estudiantes, cuya salud mental no es
saludable, así tenemos: 10 % señala estados de agresividad o enojo, 6% no
tienen con quien hablar de cosas importantes para ellos, igual porcentaje
refiere no dar ni recibir cariño, 20 %
señala estados de depresión, tristeza, e insatisfacción con su condición física
y con los estudios, 8 % responden incompatibilidad
de los horarios de estudios con la vida familiar y actividades recreativas.
Otros factores que inciden
en la conservación de la salud mental encontrados son: 47% de participantes viven fuera del ámbito familiar sin el
control y autoridad paterna. Además, el 51% provienen de familias
disfuncionales, ya sea de padres separados o divorciados. Para explicar esta
situación, cabe resaltar, la procedencia
de los estudiantes, de zonas rurales muy alejadas ya sea de la
costa, sierra o la selva, ellos portan consigo sus hábitos, costumbres,
creencias, miedos, temores, pena, angustia por dejar su tierra, sus seres
queridos, amigos, cosas, etc. Todos estos factores pueden desencadenar depresión, soledad y
conductas de riesgo ante la búsqueda de distractores.
Se suma a ello, las
relaciones familiares, el 50% de los encestados señalan de regular a malas. El
82 % se identifica mejor con la madre.
Existen estudios que demuestran
que los/las Jóvenes que afirman tener
relaciones más cercanas con sus progenitores, tienen una mejor cohesión, mejor
comunicación y afecto, además de sentirse más protegidos/as frente al efecto
negativo de los acontecimientos vitales estresantes que experimentan durante la
adolescencia; se caracterizan por una mayor autoestima, en cambio en una
situación contraria, el/la joven estará desprotegido de afecto, y en estado de
vulnerabilidad36..
Por lo descrito, es evidente
la presencia del síndrome de estrés del estudiante en un gran porcentaje, cuyos
efectos incide sobre la salud y el rendimiento académico, el cual se
caracteriza por ansiedad, consumo de tabaco, cafeína o fármacos, alteraciones
en el sueño y en la ingesta de alimentos37. Los problemas
encontramos en nuestro estudio determinan la necesidad de apoyo para ayudar a
enfrentar el estrés. Lamentablemente en nuestro país está postergada la salud
mental de las personas, y en las universidades tampoco se da la importancia
debida.
El primer elemento para
gozar de buena salud se considera la
propia imagen (autoestima), y como mencionamos en el párrafo anterior hay estudiantes con problemas de auto estima.
Otro concepto son las relaciones
afectivas, tanto familiares como de
pareja; el problema que actualmente enfrentan los jóvenes es la falta de comunicación, o bien la incapacidad de ver las cosas desde el
punto de vista de la otra persona. También
hay que incluir en este ámbito la forma en que se afronta las situaciones de
estrés: tensión, irritación, resentimiento, vivencia de descontrol de la propia
vida, indecisión; ante lo cual hay que saber relajarse, como lo recomienda
Rodés38.
De lo contario, la situación
induce al joven hacia estilos de vida nocivos para la salud, como probablemente
sea el caso de muchos de los estudiantes encuestados, se encontró fumadores
habituales 32%, eventuales 44%, es sabido que la nicotina es un elemento altamente adictivo y muy dañino para
la salud. Así mismo, se encontró problemas en el manejo del
tiempo. Algunos estudiantes por bajos ingresos económicos familiares se
ven en la obligación de trabajar y
estudiar; y es probable que esta situación genere dificultades e interfieren en
las relaciones familiares, sociales, personales, etc. las que inciden sobre la
salud mental, así tenemos, 10% de estudiantes
de ambos sexo trabajan y
estudian, situación que no les permite disfrutar de tiempo libre, como lo
afirman Aguado y Ramos: los estudiantes que trabajan y estudian no tienen
tiempo para la recreación, lo que repercute seriamente en su rendimiento
académico y salud mental”39..
Del mismo modo encontramos, 27 %, realizan actividades
diversas en casa, como escuchar música, leer, chat, entre otras, de este
porcentaje 8 % señalan compartir tareas domésticas con su familia, el 53% de estudiantes acuden a discotecas y antros sobre todo los fines de semana; encontramos
32% fumadores habituales, 10% consumidores
de alcohol hasta embriagarse; 2% son consumidores de drogas ilícitas, 16%
consumen de manera eventual, entre las drogas de mayor consumo está la
marihuana y cocaína; este dato no hace más que
corroborar los datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la
Droga y el Delito (UNODC) y DEVIDA40,41, quienes señalan: que la
marihuana es la droga más consumida por universitarios, seguida por el
clorhidrato de cocaína; el consumo es mayor en los estudiantes de universidades
privadas, las mencionadas drogas son fácilmente obtenidas. CEDRO42,
revela, el 30 % de estudiantes universitarios afirman sobre la venta de drogas
en los alrededores y al interior de los centros de estudios.
Aparte de jóvenes
estudiantes universitarios consumidores habituales de alcohol, existe 68% de
consumidores sociales, son considerados aquellos que ingieren entre dos a
cuatro copas de alcohol, fuman de 20 a 30 cigarrillos por día, así como el
consumo de café más de cuatro tazas, y/o bebidas energizantes. Las sustancias
mencionadas tienen efectos adictivos e inciden sobre la calidad del sueño y por
ende en la calidad de vida de las personas.
En referencia al descanso y sueño, 56% de participantes señalan, frecuentes
alteraciones, o mala calidad del sueño, no se encontraron diferencia entre
hombre y mujeres, sobre todo en tiempos de exámenes en que la mayoría duerme
menos de cuatro horas. Es sabido la estrecha relación entre el sueño y la
calidad de vida de las personas. El sueño es el factor de mayor relevancia que
más contribuye en el bienestar físico y psicológico e incide en el rendimiento
académico, laboral, relaciones interpersonales, seguridad vial, etc. Al
respecto Breslau, Roth, Rosentahal y Andreski, señalan que una duración
insuficiente del sueño está relacionada con un mayor riesgo de sufrir
depresión, ansiedad, o problemas de abuso de drogas, alcohol o nicotina43.
En
este sentido, nos encontramos frente a grandes problemas psicosocial, que mina
la salud física y mental de los jóvenes, los cuales son reconocidos por los
propios estudiantes, quienes consideran
como mayores problemas a los que hoy en día se enfrentan: el
alcoholismo, tabaquismo, drogas ilícitas, trastornos alimenticios, ciber
adicción y ludopatía, (ver gráfico N°. 5).
Continuando con la presentación de la
problemática encontrada en nuestro estudio tenemos resultados referentes a la
actividad física, en promedio el 37% practican algún tipo de actividad por 30 minutos como mínimo al día (deportes,
danzas, ejercicios), mientras el 63% lleva vida sedentaria especialmente las
mujeres alegando falta de tiempo y pereza. La mayoría de los jóvenes
restan importancia a la práctica regular de actividad física,
pese a saber que el ejercicio está asociado a la conservación
de la salud, dada la gran información que existe al respecto.44, 45..
La problemática descrita data desde hace
varios años, existen muchos estudios que dan a conocer que en los países
desarrollados como España los
jóvenes están considerados como los que menos actividad física realizan
en comparación con otros de los países europeos siendo las mujeres las que
desarrollan mayor sedentarismo.46.
Está comprobado que las
personas activas, tienen menos riesgo de padecer enfermedades cardiacas,
hipertensión arterial, obesidad, y determinados tipos de cáncer y otras
patologías.47, 48. En la actualidad existe la tendencia general de
conductas y hábitos bastante insanos en
los jóvenes, se observa diariamente dentro del recinto universitario en
las horas de descanso académico, gran número de universitarios de ambos sexos
en los patios, jardines, y escaleras, navegando en el mundo virtual a través de los celulares, es sorprendente el
tiempo de hipo actividad que pasan frente a estos equipos, se les ve ensimismados, solitarios, alejados del mundo real, poca
inter relación con sus pares; esto explica el poco tiempo que emplean en la
actividad física.
Por otro lado es
preocupante otro dato encontrado en
nuestro estudio, como la falta de aseguramiento para la atención de salud, el
61% de universitarios no cuentan con ningún tipo de seguro médico, si bien
durante el periodo académico, si, presentan algunas dolencias son atendidos en
la clínica universitaria, cuentan también con un seguro privado contra
accidentes, pero, durante el periodo vacacional, sobre todo aquellos
estudiantes que regresan a sus lugares
de origen ya sea la sierra, la selva, la zona rural de la costa,
se encuentran completamente desprotegidos, de allí que 84 % se auto
medican, dada la facilidad de obtener medicamentos sin prescripción médica,
4 % hacen uso de la medicina tradicional y remedios caseros, pero, ante suceso
o proceso de enfermedad grave la situación es crítica por la falta de recursos
económicos, ya que la mayoría proceden de familias de clase media, media a
baja.
Por tal motivo, urge crear conciencia a nivel colectivo estudiantil sobre
la importancia de la salud preventiva, la que demanda poco costo en comparación
con la rehabilitación. Para ello se propone como estrategia la educación en
salud, reconocida internacionalmente como una necesidad prioritaria. Al
respecto tenemos la declaración de la Carta de Ottawa. 49. Según la
cual la promoción de la salud consiste en proporcionar a los pueblos, en este
caso a los universitarios los medios
necesarios para mejorar su salud y ejercer mayor control sobre ella.
De acuerdo a los resultados,
podemos ver que la salud de los
universitarios depende de muchos factores, los cuales están enlazados como una enmarañada muy compleja
relacionados unos con otros, por lo que se debe abordar de manera conjunta e
integral y no aisladamente. Es cierto, algunos de estos factores no se pueden
modificar, en cambio hay otros que sí se modifican con medidas preventivas
sencillas y de bajo costo, relacionadas con la educación en salud.
Por otro lado es innegable que las actitudes positivas de autocuidado y
seguridad personal tienen impacto sobre el desarrollo y mejora personal,
familiar, social, fomentan análisis crítico y reflexivo sobre los valores,
conductas, condiciones sociales y estilos de vida, buscan desarrollar y
fomentar aquellos que fortalecen la salud, así como el desarrollo humano. De
allí que concordamos con Arrivillaga50.
Salazar51, León52, Rozo53, y organismos
internacionales como la OPS, OMS, en la necesidad de integrar programas
regulares y permanentes en todas las universidades orientados a la promoción de
estilos de vida saludable como parte del proceso de la formación integral.54,
55.
Tal como también lo propone Jackes Delors55,
en los cuatro pilares de la educación.
La educación tiene estrecha vinculación con la salud, ambas son los pilares
fundamentales del desarrollo humano. Aprender a conocer y comprender el mundo
que nos rodea, vivir con dignidad, desarrollar capacidades profesionales y
comunicarse con los demás, conocernos a nosotros mismos y a los demás para una
mejor convivencia, lo cual redundará en
la salud mental de cada uno.
En tal sentido, las universidades tienen una fuerza potencial para influir
positivamente en la vida y la salud de sus estudiantes. Son instituciones donde
las personas pasan una parte importante de sus vidas y pueden incidir en la
formación de sus estilos de vida, llevándolos a ser personas autónomas,
reflexivas, críticas, con responsabilidad frente a sí mismos y ante los demás.
Las actividades principales de la universidad son la docencia y la
investigación, lo que permitirá la incorporación del concepto de salud como una
responsabilidad personal y social.56.
La promoción de la salud es discutida desde 1978 (Alma Ata) y reforzada en Ottawa, Canadá
1986. Una parte de la carta de Otawa48, así como la OMS, recomiendan
la educación para la salud como una medida urgente que debe darse en los
centros formadores, en los programas de estudio con su estrategia la promoción de la salud, cuyo
fin es mejorar aptitudes, el conocimiento, las intenciones conductuales de los
estudiantes quienes serán los últimos responsables de su propia salud y la de
los demás.
La OMS, define a la educación
en salud, como una estrategia, dinámica,
abierta, que busca mejorar las
condiciones para el desarrollo de la calidad de vida y bienestar, implica
tomar conciencia del derecho de gozar de
un medio ambiente seguro, saludable a través de un sistema de derechos y
responsabilidades, la cual en la universidad será un valor añadido para la
mejora de la calidad de vida y el bienestar de la comunidad estudiantil,
permitirá formar a los estudiantes como modelos o promotores de conductas
saludables en sus familias, en sus futuros entornos laborales, en su comunidad
y en la sociedad en general.
Ante
este contexto, se indagó entre los
participantes la estructura cognitiva sobre educación en salud que poseen los
universitarios, no con el propósito de conocer la cantidad de información que
manejan si no los conceptos y
proposiciones. Al respecto, 64% de los participantes refieren haber recibido algunas orientaciones
sobre el cuidado de la salud tanto en la familia como en la escuela, pero,
consideran que éstas fueron incompletas,
fraccionadas, confusas, y 20% lo califican como nula. Solo 16% considera
haber recibido un conocimiento básico
completo sobre cómo cuidar la salud. Este último grupo se asume que en su
mayoría son hijos de profesionales de la salud, profesores, etc., quienes
les han inculcado ese conocimiento. Esto permitió seguir ahondando en
las demandas de educación en salud, ante lo cual el 100% (490) de estudiantes
universitarios participantes reconocen la necesidad y manifiestan interés de inclusión en su plan de estudios la educación
en salud, y sugieren que se dé ésta en un curso modular obligatorio en
modalidad virtual B-Leerning.
En tal sentido se basa nuestra
propuesta de educación en salud en el
ámbito universitario, utilizando modalidad virtual B-LEARNING, ya que hoy todas
las universidades cuentan con campus virtual y herramientas de apoyo basadas en
Internet57, por lo tanto esta modalidad es una de las posibilidades
para el desarrollo de la propuesta, referente a la prevención y promoción de la
salud.
La práctica de la promoción y educación para la salud exige un
reconocimiento y asunción del papel que juegan los diferentes profesionales
socio sanitarios implicados en su desarrollo, como anteriormente se ha mencionado.
Aquí juega un papel protagónico la enfermera, ya que ésta considerada en su
perfil profesional la promoción de la salud en pro del desarrollo de estilos de
vida saludable, en el ámbito personal, familiar y comunitario, a través de
intervenciones sustentadas en teorías de enfermería. Además las concepciones y modelos de la promoción y
educación para la salud son conocidas por las enfermeras y aún poco conocidas
por el resto de profesionales socio-sanitarios en quienes existe confusiones
con modelos o enfoques médico-preventivos44.
Por las razones expuestas la profesional de enfermería es la llamada a
liderar el equipo multidisciplinario que promueva la promoción de educación
para la salud en el ámbito universitario. Según el enfoque holístico los
universitarios como seres humanos integrales pertenecen a una cultura
particular, de acuerdo a su procedencia tienen creencias, valores, símbolos, estilos de vida, formas de cuidar su
salud, aprendidos, practicados y generalmente transmitidos de generación a
generación cómo normas de comportamiento en su vida, de ahí tenemos 24 % de
participantes acuden al curandero, tienen creencias populares como el mal de
ojo, el susto, los hechizos (brujería),
etc. De hecho, los universitarios pertenecen a una cultura particular, por lo
tanto necesitan un cuidado transcultural, tal como exhorta Leininger a las enfermeras, cuidar de las personas de culturas diferentes
requiere conocimiento, y aptitud; además el cuidado es inherente a la
enfermería como disciplina social.
DESARROLLO DE LA PROPUESTA
Introducción
La promoción y educación para la salud deben responder de forma coherente a
las diferentes necesidades de salud que se plantean en las sociedades
desarrolladas. Para abordarlas las áreas de intervención prioritarias se han
tomado en cuenta lo siguiente: problemas de salud, estilos de vida, crecimiento
y desarrollo humano, salud ocupacional, y las estrategias institucionales.
Estas áreas de intervención van a condicionar los objetivos y
planteamientos de la formación, ya que son necesarios los conocimientos, las
actitudes y habilidades para comprender y abordar estas necesidades en salud y
los factores relacionados.
Algunas necesidades de salud y áreas de intervención a afrontar desde la
educación y promoción de salud están planteados
en los objetivos de salud para
todos en el siglo XXI: Garantizar la equidad, mejorar la salud en las
diferentes etapas del desarrollo humano, prevenir y controlar las enfermedades
y los accidentes, desarrollar estrategias de salud intersectoriales, orientar
el sector sanitario hacia los resultados de salud, establecer políticas y
mecanismos de gestión del cambio. 38.
La educación para la salud es universal, y
está respaldada por organismos
internacionales que han celebrado distintas conferencias a nivel mundial sobre
el tema de la promoción y educación para la salud así tenemos: la primera
conferencia internacional de promoción de la salud celebrada en Ottawa, Canadá. 48
1,986. La segunda conferencia internacional en ADELAIDE 1,988. La
Tercera conferencia internacional Suecia 1992, La IV conferencia Internacional
en Yakarta, Indonesia, 1997”. V conferencia mundial “promoción de la salud: hacia
una mayor equidad”, México, 2000; También tenemos el proyecto de
implementación de la promoción de
universidades saludables, aprobado según
resolución ministerial N° 968-2010/MINSA, por La Dirección General de promoción
de la salud en las universidades, así como para el fortalecimiento de
iniciativas que contribuya a la generación de la cultura de salud, conservación
del ambiente y al mejoramiento de la calidad de vida de la comunidad
universitaria.62
En el contexto
legislativo peruano, son también claras
las referencias a la educación y promoción de salud. La Constitución reconoce
el derecho a la protección de la salud y establece que los poderes públicos
fomentarán la educación sanitaria.63.
La ley general de salud 26842,
disposiciones complementarias transitorias y finales en el título pre
eliminar del I, VI, menciona sobre la
salud de las personas, y específicamente el Artículo 14, dice toda persona
tiene el derecho de participar individual o asociadamente en programas de
promoción y mejoramiento de la salud individual o colectiva. (Educación para la
salud) 63.
6,1. Plan de Estudios.
La propuesta considera el desarrollo de un
curso modular teórico-práctico obligatorio modalidad B-Eleernig
Curso modular teórico-práctico de educación en salud, desarrollo de 4
módulos dirigidas a todas las carreras
profesionales, Este conocimiento será reforzado por las actividades siguientes:
|
Salud-prevención y autocuidado: consejería.
Dirigido a desarrollar
actividades de consejería
con los estudiantes que acuden a una consulta profesional para plantear una
demanda o buscar solución intervención breve realizada, habitualmente, aprovechando
una oportunidad a determinados problemas. Es atención individualizada, para
ello se debe contar con un consultorio de enfermería institucional, dada la
coyuntura mediática, en la que la enfermera puede dirigir consultorios de
actividades preventivo-promocionales.
|
Etapas de la vida y su
transición. Conocimiento de
las etapas del crecimiento y desarrollo humano, riesgos y cuidado en cada una
de ellas.
|
Estilos de vida. Desarrollo
de actividades tendientes hacia la elección de Opciones saludables.
|
Salud colectiva. Intervenciones
programadas dirigidas a un grupo homogéneo
de estudiantes con la finalidad de mejorar
su competencia para abordar
determinados problemas de
salud. También se contemplan las intervenciones
dirigidas a colectivos de la comunidad
universitaria, desarrollando talleres, cursos o sesiones para concienciar
sobre los factores sociales, políticos
y ambientales que
influyen sobre la salud.
Información
y comunicación: incluye la elaboración
y utilización de
distintos instrumentos de
información (folletos, carteles, murales, cómicos,
grabaciones,
calendarios...) y la participación en los medios de comunicación
(prensa, radio, TV, internet) especialmente
de carácter local.
|
Acción
y dinamización social: para el desarrollo de
la comunidad estudiantil,
conformando redes de trabajo cooperativo,
alianzas y plataformas con grupos de
las diferentes carreras
profesionales de la universidad.
|
Medidas
de abogacía por la salud en la promoción de salud en el
ámbito
universitario: para el desarrollo de
estrategias dentro de la institución
de manera que se comprometa a todos los estamentos
institucionales,
modificaciones
organizativas de los servicios y puesta en marcha de medidas
normativas, económicas
y/o técnico-administrativas.
|
Tomado y Adaptado de. Promoción y educación para la salud, Ministerio de Sanidad e Igualdad España, 2010
Modulo I: Problemas de salud-
prevención y auto-cuidado Módulo II: Etapas de crecimiento y desarrollo humano.
Módulo III: estilos de vida, Módulo IV. Salud ocupacional
Módulos
|
Áreas de Intervención
|
Enfoque desde la Promoción de la Salud
|
Modulo I
Problemas de
Salud- prevención y autocuidado.
|
Auto conocimiento y
exploración del cuerpo
Cuidado de órganos y
sistemas del cuerpo humano
Derechos y deberes de las personas con respecto al cuidado de salud.
Enfermedades crónicas no trasmisibles y factores de riesgo.
Discapacidades
|
Atención centrada en la
calidad de
vida.
Educación de las personas
centrada
en sus expectativas, creencias y valores
dirigida a la asunción de
decisiones responsables.
Oferta de recursos y
calidad de
servicios
|
Módulo
II
Etapas de vida y su transición: riesgos y cuidado.
|
Ø
Familia y comunidad
Ø
Infancia, adolescencia y juventud
Ø
Enamoramiento-matrimonio
Ø Envejecimiento
Ø Cuidado
de personas dependientes: niños y ancianos.
Ø igualdad
de género y Equidad
Ø derecho
de las Mujeres y empoderamiento.
Autoestima. Y autocuidado
|
Ø
Favorecer las condiciones
para el desarrollo de la identidad personal y
el proyecto de vida
Ø Oferta
de recursos y servicios
Ø Modelos
socioculturales favorables
Ø Desarrollar
habilidades personales y sociales: afrontamiento de problemas, manejo de
emociones, comunicación
Facilitar el acceso a las
personas y grupos de la institución que lo necesiten y soliciten la
capacitación
|
Módulo III
Estilos de vida
.
|
Ø
Principios de
Alimentación y
nutrición saludable
Ø
Ambientes favorables
Ø
Recreación y ocio
Ø
Actividad física
Ø
Sexualidad: ETS, VIH/SIDA
Embarazo no deseado. Paternidad responsable
Ø
Tabaco, alcohol, drogas:
factores de riego. y otras
Ø
Estrés
Ø
Reposo y sueño.
Ø
Creencias y costumbres sobre salud
|
Ø Promover
comportamientos
Ø saludables
y auto cuidado de la
Ø salud.
Ø Facilitar
opciones saludables más fáciles de tomar: educación sexual y afectiva
Ø Modelos
socioculturales favorables
|
Módulo
IV
Salud
colectiva.
|
Ø Aspectos
legales de seguridad en el trabajo.
Ø Medio ambiente, responsabilidades.
Ø Ergonomía.
|
Ø Salud ocupacional y seguridad en el trabajo.
Ø preparación
y respuestas ante emergencias
Ø humano-máquina
–ambiente
|
Estrategias
institucionales
|
Ø Entornos
saludables
Ø Escenarios
promotores de salud
|
Ø Cuidado
y protección del medio ambiente.
Ø Facilitar
la coordinación
Ø institucional
y el trabajo multidisciplinario.
|
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